Trump se atribuye éxito en economía y migración mientras su discurso genera polémica
- Leonardo García
- 5 mar
- 2 Min. de lectura
En un discurso de más de una hora y media, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, defendió sus políticas económicas y migratorias, destacando la imposición de aranceles a México y Canadá como una medida para frenar el tráfico de fentanilo y la migración ilegal. Sus declaraciones, plagadas de autoelogios y datos cuestionables, provocaron reacciones divididas en el Congreso, con republicanos ovacionándolo y demócratas manifestando su rechazo con protestas y carteles críticos.
Trump aseguró que gracias a sus políticas, las autoridades mexicanas entregaron a 29 líderes del narcotráfico, aunque no presentó pruebas al respecto. Además, defendió la reciente designación de seis cárteles mexicanos como "Organizaciones Terroristas Globales", comparándolos con el Estado Islámico y justificando una postura más agresiva contra el crimen organizado.

El presidente también pidió fondos federales adicionales para reforzar sus planes de deportación masiva, refiriéndose a los migrantes como "salvajes", lo que generó indignación entre legisladores demócratas. Durante su discurso, el congresista demócrata Al Green fue expulsado tras interrumpir a Trump con gritos en defensa del programa Medicaid, mientras que otros legisladores alzaron carteles con mensajes como “Protejan a los veteranos” y “Salven Medicaid”.
Trump reiteró su postura proteccionista, amenazando con más medidas arancelarias contra cualquier país que imponga impuestos a Estados Unidos. También anunció el fin de las políticas de diversidad, equidad e inclusión en el gobierno federal y el ejército, asegurando que el país "ya no será woke".
En materia internacional, el mandatario afirmó haber iniciado conversaciones con Rusia sobre la paz en Ucrania y aseguró que su administración está "recuperando el Canal de Panamá", sin ofrecer detalles. Además, insistió en su interés por Groenlandia, declarando que buscará “conquistarla de una manera u otra”.
Su discurso, aplaudido por republicanos y criticado por analistas y legisladores demócratas, marca un nuevo episodio en su estrategia de confrontación tanto en el ámbito interno como en el internacional.
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