A dos semanas de las elecciones presidenciales, el candidato republicano Donald Trump se enfrenta a acusaciones de fascismo, en medio de la controversia por un evento en el Madison Square Garden, sede de un mitin pro nazi en 1939.
El evento de campaña que Donald Trump tiene programado en el Madison Square Garden ha generado controversia por las similitudes con un mitin pro nazi realizado en ese mismo lugar en 1939. En medio de la intensa campaña electoral, su oponente demócrata, Kamala Harris, ha comenzado a referirse públicamente a él como "fascista". El término fue empleado por primera vez en un foro de CNN, y busca marcar una línea de advertencia a los votantes sobre las diferencias entre ambos candidatos.
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Kamala Harris en evento proselitista. Foto: DN Brasil
Las críticas contra Trump como posible líder autoritario han provenido incluso de su círculo cercano. Su ex jefe de gabinete, el general retirado John Kelly, declaró recientemente que el expresidente manifestó en su momento deseos de contar con “generales como los de Hitler”. Además, Kelly indicó que Trump llegó a expresar admiración por el dirigente nazi, señalando que “hizo algunas cosas buenas”. Estas declaraciones, junto con su discurso antimigrante, en el cual ha usado frases que evocan propaganda nazi, han avivado las acusaciones de tendencias autoritarias.
Trump ha rechazado las acusaciones de fascismo y ha contraatacado, afirmando que la retórica de Harris evidencia su propia debilidad en las encuestas. Sin embargo, el exmandatario continúa utilizando un lenguaje divisivo que incluye amenazas de emplear las fuerzas armadas contra “enemigos internos” y de eliminar a funcionarios y fiscales que él considera desleales. Estas amenazas han encendido las alarmas entre sus opositores, quienes consideran que su regreso a la Casa Blanca podría implicar una erosión de las normas democráticas en el país.
La campaña de Harris busca atraer a los pocos indecisos que quedan, alertando sobre el riesgo para la democracia en caso de una victoria de Trump. Sin embargo, esta estrategia enfrenta un obstáculo: el concepto de fascismo no resulta claro para gran parte del electorado, y los votantes muestran mayores preocupaciones por temas económicos, como los precios y el empleo. Para muchos, Trump es percibido como un defensor de la clase trabajadora y sectores rurales, lo cual le ha permitido mantener el apoyo a pesar de sus numerosos escándalos y procesos legales en curso.
A medida que se acerca el evento en el Madison Square Garden, la tensión en torno al candidato republicano continúa en aumento. Mientras el recinto agotó sus entradas para el acto programado, se desconoce cuántos manifestantes antinazis podrían concentrarse afuera, rememorando la histórica protesta de 1939, cuando miles se reunieron para resistir el avance del fascismo. La campaña de Trump ha minimizado cualquier comparación con el evento de hace 85 años, y la comunidad internacional observa atenta el desarrollo de esta elección cargada de divisiones.
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