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Tierra bola vs. Tierra plana

María José Hdz.

Es momento de poner los puntos sobre las íes respecto a la palabra "teoría". En el imaginario colectivo, muchos piensan que una teoría científica es apenas una hipótesis sin comprobar, algo que está en suspenso hasta que sea "ley". Esto no solo es incorrecto, sino que también refleja una falta de comprensión de cómo funciona la ciencia.


Una teoría científica es un marco teórico sólido que tiene coherencia interna y está respaldado por observaciones y datos. Es decir, no se trata de una ocurrencia aleatoria, sino de una explicación completa que abarca fenómenos dentro de un área específica del conocimiento. Por ejemplo, la teoría de la gravedad y la teoría de la evolución no son "leyes" porque las teorías no buscan convertirse en leyes; son explicaciones amplias y complejas que van más allá de una simple enunciación. Ahora, con esto aclarado, vamos a hablar sobre algunos de los argumentos terraplanistas más populares.

 

La Tierra es plana y el cielo es un domo


Según esta idea, vivimos bajo una especie de "cúpula cósmica" donde el Sol y la Luna son focos girando cerca de nuestras cabezas, y las estrellas están dibujadas en el techo como si fuera un planetario gigante.


Para refutar esto, no necesitamos ser astronautas ni tener telescopios avanzados; basta con algo mucho más sencillo: observar el cielo desde dos puntos diferentes del planeta. Pide a alguien en el hemisferio sur que mire las estrellas y compáralo con lo que tú ves desde el hemisferio norte.


Primero, notarás que las estrellas giran en direcciones opuestas en cada hemisferio. Segundo, las constelaciones cambian por completo; en el sur, podrás observar la famosa Cruz del Sur, mientras que en el norte esa constelación simplemente no aparece. Este fenómeno no puede explicarse con un cielo en forma de domo; solo tiene sentido en un planeta esférico donde cada hemisferio apunta a una parte diferente del espacio.

Además, si el Sol y la Luna estuvieran tan cerca como dicen, sus tamaños aparentes cambiarían de forma drástica dependiendo de tu ubicación. Pero no lo hacen; siempre vemos un disco casi idéntico, sin importar dónde te encuentres.

 


El agua siempre se mantiene a nivel plano


Uno de los argumentos más persistentes del terraplanismo es que "el agua no puede curvarse" porque siempre se nivela, y esto demostraría que la Tierra es plana. Aunque a primera vista puede parecer lógico, este razonamiento falla al ignorar algo fundamental: la gravedad.


El agua efectivamente se "nivela", pero lo hace con respecto a una superficie equipotencial del campo gravitatorio de la Tierra. Esta superficie no es plana, sino ligeramente curva porque la Tierra es un esferoide oblato (casi una esfera, pero ligeramente achatada en los polos). A escala humana, esta curvatura es imperceptible porque la Tierra es inmensa; sin embargo, con instrumentos como niveles láser o experimentos como el de Eratóstenes (en el siglo III a.C.), podemos medir esa curvatura.


Si la Tierra fuera plana, no podríamos explicar fenómenos como la formación de horizontes. ¿Por qué los barcos desaparecen primero por la parte inferior cuando se alejan en el mar? Porque están siguiendo la curvatura de la Tierra, y no hay forma de replicar esto en un modelo plano (aunque últimamente les ha dado por decir que los barcos se hacen pequeñitos, pequeñitos porque se alejan; ¡pues no!)

 


Si no lo veo, no lo creo


Este argumento apela a la idea de que, si algo no puede percibirse directamente con los sentidos, no puede ser real. Aunque es importante mantener una postura crítica, este tipo de pensamiento olvida que la humanidad dejó de depender exclusivamente de los sentidos hace mucho tiempo para entender el mundo.


Los sentidos son una herramienta inicial, pero tienen limitaciones. Por eso, usamos la lógica y la razón para desarrollar instrumentos y métodos que nos permitan analizar cosas que no podemos percibir directamente. Por ejemplo, no necesitas abrir un cuerpo para saber que tiene huesos rotos; basta con una radiografía. Del mismo modo, aunque no veamos la curvatura de la Tierra a simple vista, contamos con pruebas indirectas, como fotografías satelitales, experimentos científicos y observaciones astronómicas.


Además, muchas cosas que no vemos existen y afectan nuestras vidas: no podemos ver el oxígeno, pero lo respiramos; no vemos la señal Wi-Fi, pero la usamos a diario. Si aplicáramos el principio de "si no lo veo, no lo creo" a todo, dejaríamos de confiar en avances como la medicina, la tecnología y, por supuesto, la ciencia en general.

 


Si la Tierra gira, ¿por qué no sentimos el movimiento?


Otra duda frecuente entre los terraplanistas es: si la Tierra está girando a más de 1,600 kilómetros por hora en el ecuador, ¿por qué no lo notamos? La respuesta está en dos factores clave: la velocidad constante y la escala.


La Tierra gira a una velocidad suave y constante, lo que significa que no hay aceleraciones bruscas que podamos percibir. Piensa en un avión en vuelo estable: aunque se mueve a cientos de kilómetros por hora, no sentimos su velocidad porque no hay cambios abruptos en el movimiento.


Además, nuestro sistema vestibular, localizado en el oído interno, detecta cambios en la orientación y giros del cuerpo, pero tiene un umbral de detección. Solo registra movimientos a partir de 2 grados por segundo, mientras que la velocidad de rotación de la Tierra es de apenas 0.25 grados por minuto. Es decir, está muy por debajo de lo que podemos percibir.

Este fenómeno es parte de la física básica: un movimiento constante y uniforme no se siente porque todo a nuestro alrededor se mueve junto con nosotros.

 


Los satélites no existen y todas las fotos del espacio son falsas


Finalmente, llegamos a una idea que nos lleva al corazón de la era de la "posverdad". Los terraplanistas argumentan que no podemos confiar en las imágenes del espacio porque, según ellos, son todas falsas o hechas con CGI, como si la NASA tuviera un presupuesto ilimitado, además que otras agencias espaciales (incluso contrarias políticamente) las falsifican igual…


Primero, debemos aclarar que cuestionar la información está bien. La duda es el motor del pensamiento crítico. Sin embargo, cuando se duda de absolutamente todo, incluso de cosas demostradas durante siglos, se entra en un terreno peligroso donde las teorías conspiranoicas proliferan.


Además, los satélites son esenciales para la vida moderna: nos proporcionan señales de GPS, telecomunicaciones y datos meteorológicos. ¿Cómo explicar el hecho de tener estas amenidades al alcance, si no es a través de objetos equipados con cierta tecnología lanzados al espacio para que orbiten la tierra? Aunque últimamente lo que dicen es que sí se lanzaron este tipo de herramientas, pero que son muchísimos menos satélites de “los que cuenta la élite”.


Decir que todas las fotos del espacio son falsas requiere asumir que millones de científicos, ingenieros y técnicos de diferentes países están coludidos en una conspiración global. Francamente, ¿crees que tantas personas podrían guardar un secreto tan grande? Si algo hemos aprendido de la humanidad, es que somos pésimos guardando secretos.

 

Finalicemos…


El terraplanismo es un ejemplo de cómo la desinformación y los malentendidos pueden llevar a ideas erróneas pero persistentes. Mientras estas teorías se basan en suposiciones y malinterpretaciones, la ciencia nos ofrece explicaciones consistentes y verificables.

Dudar es sano, pero también debemos confiar en el conocimiento acumulado por siglos. La Tierra no necesita defenderse; sus pruebas están a nuestro alrededor, esperando ser vistas y entendidas.


¿Te atreves a mirar más allá de la superficie (y del domo)?

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