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¿Por qué no es obligatorio el cobro de propinas en México?

María José Hdz.

En México, dar propina es una costumbre profundamente arraigada en la vida diaria. Sin embargo, aunque a veces parece que es una norma obligatoria en restaurantes, bares y otros servicios, en realidad no lo es. Legalmente, ningún establecimiento está facultado para exigir el pago de propinas, y es importante estar bien informados para evitar abusos. En este blog, analizaremos lo que dicen las leyes mexicanas sobre la propina, cómo leer los tíckets de compra y por qué la solución no está en obligar a los clientes a pagar más, sino en asegurar que los trabajadores reciban un salario digno.



¿Qué dice la ley sobre las propinas en México?

La legislación mexicana es clara al respecto: el pago de propinas es voluntario. En ningún momento puede ser una obligación ni se puede agregar automáticamente a la cuenta de un cliente sin su consentimiento. De hecho, según la Ley Federal de Protección al Consumidor (LFPC), este tipo de prácticas comerciales está regulado, protegiendo al consumidor de cobros indebidos o no autorizados.


La Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) ha dejado en claro que la propina no es un cargo obligatorio ni puede incluirse automáticamente en el total de la cuenta. Según el artículo 58 de la LFPC, los consumidores deben estar plenamente informados sobre los precios y cargos, lo cual incluye que la propina no debe sumarse automáticamente a la factura sin que el cliente haya decidido hacerlo.


Además, el artículo 10 de la Ley Federal del Trabajo establece que la propina no forma parte del salario, lo que refuerza que no es un pago obligatorio por parte del consumidor. Los meseros y trabajadores de la industria de servicios dependen en gran medida de las propinas, pero estas no deben ser impuestas ni por la empresa ni por el personal del establecimiento.

 

Evitar cobros indebidos

En muchos restaurantes y bares en México, los tíckets de compra incluyen la opción de añadir la propina de manera predeterminada, pero este cargo nunca debe estar forzado ni sumarse directamente al total sin que lo hayas aprobado. En ocasiones, los establecimientos tratan de incluir la propina como una "sugerencia" o la agregan en un apartado que hace difícil entender si ya se está cobrando o no.


Por esta razón, es vital que leas cuidadosamente tu tícket antes de pagarlo. Si notas que la propina ya está incluida, puedes exigir que se retire de la cuenta. La PROFECO ha señalado que los consumidores tienen el derecho de revisar la cuenta y de rechazar cualquier cargo que no hayan autorizado expresamente.



El dilema de las propinas y los bajos salarios

Es cierto que muchas personas en la industria de los servicios, como los meseros, dependen de las propinas para complementar sus ingresos. En muchos casos, los salarios base de estos trabajadores son muy bajos, lo que genera una dependencia hacia las propinas que los clientes dejan.


Este sistema crea una situación complicada: por un lado, los clientes sienten la presión de dejar una propina, y por otro, los trabajadores se ven forzados a depender de la buena voluntad de los comensales. Esto, sin embargo, no debería ser la norma. El problema de fondo no es si los clientes deben o no dar propina, sino si los empleados están recibiendo un salario justo por parte de los dueños del establecimiento.


En otros países, como algunos de Europa, los trabajadores de la industria restaurantera y de servicios reciben salarios dignos, y las propinas son vistas como un gesto adicional, no como una necesidad. En México, un cambio similar debería ser el objetivo a largo plazo: que los trabajadores reciban un sueldo acorde con su esfuerzo y que las propinas sean un reconocimiento opcional, no una obligación.



Un salario digno para los trabajadores

Es importante reconocer el arduo trabajo que realizan los meseros y trabajadores de servicios. Sus jornadas suelen ser largas, y sus responsabilidades, muchas. Sin embargo, en lugar de poner la carga sobre los clientes, lo ideal sería que los establecimientos asumieran la responsabilidad de pagar salarios justos que no dependan de la generosidad de las propinas.


Esta situación también debería hacer que los dueños y administradores de los restaurantes y bares reflexionen sobre las condiciones de trabajo que ofrecen. Si bien las propinas son un apoyo valioso, depender de ellas para subsistir es una práctica que debería replantearse. En última instancia, un cliente no debería sentirse obligado a dejar una propina porque el trabajador no recibe un salario suficiente; ese es un problema que debe solucionarse desde la administración y el marco legal.


En resumen, si bien la propina es un reflejo de la gratitud hacia los meseros y empleados, no debe convertirse en una obligación. Un buen servicio debe ser recompensado, pero los trabajadores también merecen condiciones laborales justas que no dependan exclusivamente de la generosidad de los clientes.



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