La tensión entre los pilotos de Fórmula 1 y la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) ha aumentado, con algunos pilotos, como Max Verstappen y Charles Leclerc, sancionados por el uso de palabras altisonantes en conferencias de prensa. La Asociación de Pilotos de Grandes Premios (GPDA) ha respondido, solicitando al presidente de la FIA, Mohamed Ben Sulayem, que modere su propio lenguaje y trate a los pilotos como adultos.
La GPDA hizo un llamado a Ben Sulayem para que tenga en cuenta su tono y lenguaje, especialmente al dirigirse o referirse a los pilotos. En su comunicado, señalaron que no ven necesario que se regule el uso de groserías cuando no tienen un propósito ofensivo, explicando que, en ocasiones, estas expresiones son usadas casualmente para describir situaciones o problemas con el coche.
Verstappen teniendo unas palabras con el presidente de la FIA. /Foto: Europa Press/Eric Alonso.
La polémica surgió cuando Verstappen fue sancionado en el Gran Premio de Singapur tras un comentario sobre su monoplaza. En respuesta, el piloto limitó sus declaraciones en la siguiente rueda de prensa a respuestas breves. Leclerc también fue multado en el Gran Premio de Brasil por un comentario en la carrera anterior en México, lo que llevó a la GPDA a pedir transparencia sobre el destino de las multas impuestas.
El tema de las groserías no es la única controversia. Ben Sulayem ha sido cuestionado anteriormente por lo que Lewis Hamilton considera un “elemento racial” en comentarios que contrastan la F1 con la música rap. Además, la FIA ha intentado imponer normas sobre el uso de joyería y ropa interior, algo que Hamilton también ha desafiado en el pasado.
La próxima carrera de la temporada será el Gran Premio de Las Vegas el 23 de noviembre, y se espera que las tensiones sigan marcando el ambiente de la competición.
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