El Protocolo se activó tras la detección del asteroide 2024 YR4, una roca espacial de 90 metros de diámetro que podría impactar la Tierra el 22 de diciembre de 2032. Aunque la probabilidad de colisión es del 1.5%, el evento ha sido considerado lo suficientemente serio como para coordinar medidas de prevención a nivel internacional.
![La tierra, el lugar en donde todos vivimos activa su protocolo de seguridad. Imagen: Especial](https://static.wixstatic.com/media/0b72fe_568f25a5a2be48adb5ad4b01bf22a326~mv2.png/v1/fill/w_980,h_652,al_c,q_90,usm_0.66_1.00_0.01,enc_auto/0b72fe_568f25a5a2be48adb5ad4b01bf22a326~mv2.png)
El Protocolo de Seguridad Planetaria establece un plan de acción ante amenazas espaciales, incluyendo evaluaciones científicas y posibles estrategias de mitigación. Como parte de este proceso, el martes 4 de febrero de 2025 se llevó a cabo una reunión de expertos de la NASA, y el miércoles 5 de febrero se sumarán especialistas de la Agencia Espacial Europea (ESA) en Viena. Estos encuentros buscan determinar si se requiere una intervención para desviar la trayectoria del asteroide.
Actualmente, el 2024 YR4 está clasificado en el nivel 3 de la Escala de Riesgo de Impacto, que va del 0 al 10. Para que un impacto sea inminente, el nivel debería elevarse a 8 o más. De producirse una colisión, la energía liberada sería comparable a la de una bomba atómica, causando severos daños en la zona de impacto. Sin embargo, los expertos creen que lo más probable es que caiga en el océano o en una región poco habitada.
Según cálculos preliminares de la ESA, las posibles áreas de impacto incluyen el océano Pacífico oriental, la región norte de América del Sur, el océano Atlántico, África y el sur de Asia. América del Norte y Europa, por ahora, quedan fuera de las zonas de riesgo. En los próximos meses, los científicos seguirán monitoreando su trayectoria para ajustar las predicciones.
La humanidad cuenta con antecedentes exitosos en la desviación de asteroides. En 2022, la NASA logró modificar la trayectoria de un objeto espacial con la misión DART. Si las probabilidades de impacto aumentan, se podrían utilizar tecnologías similares para evitar una colisión con la Tierra. Mientras tanto, las agencias espaciales continúan con su vigilancia, aunque la creciente distancia del asteroide complicará futuras mediciones.
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