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Dominan a Trump en el primer debate presidencial estadounidense

Mariana Nava

Kamala Harris mostró su habilidad como exfiscal en su primer debate presidencial frente a Donald Trump, logrando incomodar al expresidente y dejando clara la diferencia entre ambos en temas clave como el aborto, la economía y la inmigración. Durante los 90 minutos del enfrentamiento, Harris mantuvo a Trump a la defensiva.


A lo largo del debate, Harris logró mantener a Trump fuera de balance. En temas tan diversos como la guerra en Ucrania y la inmigración, Harris utilizó su experiencia para plantear preguntas y situaciones que obligaban a Trump a defender su historial más que a criticar el de ella. Su serenidad contrastaba con la actitud beligerante del expresidente, quien pasó más tiempo justificando decisiones de su mandato anterior que presentando propuestas nuevas.


Desde el inicio, Harris logró que Trump cayera en sus trampas retóricas. Un ejemplo clave fue cuando mencionó que los seguidores del expresidente se estaban aburriendo en sus mítines, provocando que Trump reaccionara con respuestas defensivas y comentarios sobre la asistencia a sus eventos. En lugar de abordar las preocupaciones de los votantes, Trump terminó atrapado en discusiones triviales sobre el tamaño de sus multitudes.


Kamala Harris escucha a Donald J. Trump durante un debate presidencial/Foto: EFE/EPA/Demetrio Freeman/POOL

Kamala Harris escucha a Donald J. Trump durante un debate presidencial/Foto: EFE/Demetrio Freeman


Uno de los momentos más destacados fue cuando Harris aprovechó el tema del aborto, un punto débil para Trump debido a su papel en la anulación del fallo Roe v. Wade. Harris calificó la postura de Trump como un ataque directo contra las mujeres estadounidenses, logrando una de las reacciones más positivas de la audiencia y de los grupos de discusión que siguieron el debate. Trump, por su parte, evitó comprometerse a una posición clara sobre una prohibición nacional del aborto, lo que debilitó su defensa en este tema.


A lo largo del debate, Trump no pudo ocultar su desprecio por Harris, recurriendo a gestos despectivos y ataques personales. En varios momentos, Trump se mostró visiblemente molesto, interrumpiendo a Harris y utilizando insultos que no lograron debilitar la postura firme de su rival. Harris, en cambio, mostró control y aprovechó cada oportunidad para señalar la debilidad del exmandatario en temas como la seguridad nacional y su cercanía con líderes autoritarios.


A pesar de su éxito general, Harris dejó algunas oportunidades sin aprovechar. En lugar de detallar más sobre sus propuestas para el futuro, centró gran parte de su discurso en desmantelar el historial de Trump, lo que permitió al expresidente burlarse de la falta de detalles en algunos planes de Harris. Sin embargo, esta estrategia no afectó significativamente la percepción general del debate, donde Harris salió fortalecida.




Al final, la sensación predominante fue que Harris no solo ganó el debate, sino que también estableció el tono para futuros enfrentamientos. Su capacidad para mantener la calma y llevar la conversación hacia temas sensibles como la economía, la salud reproductiva y las relaciones internacionales dejaron a Trump en una posición vulnerable, algo que podría tener repercusiones en los próximos meses de la campaña.


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