Un nuevo episodio de violencia sacude el norte de Siria, donde enfrentamientos entre el Ejército sirio, respaldado por Rusia, y facciones islamistas apoyadas por Turquía han causado la muerte de al menos 242 personas en tan solo tres días. La escalada, marcada por ataques con cohetes, bombardeos y una ofensiva a gran escala, afecta principalmente a las provincias de Alepo e Idlib, regiones clave en el conflicto que lleva más de una década.
Los combates más recientes se desataron el miércoles 27 de noviembre, cuando el Organismo de Liberación del Levante, conocido como Hayat Tahrir al-Sham (HTS), y sus aliados lanzaron una ofensiva contra las fuerzas sirias en las zonas rurales de Alepo e Idlib. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), al menos 135 combatientes islamistas y 83 soldados del Ejército sirio, junto con milicias leales a Damasco, han perdido la vida. A esto se suman 24 civiles fallecidos, muchos de ellos víctimas de bombardeos rusos.
La ONG también informó que al menos 50 aldeas han caído bajo el control de HTS y otros grupos opositores, consolidando su presencia en la región. Este avance ocurre en un contexto donde Idlib sigue siendo el último bastión opositor en Siria, protegido parcialmente por un alto el fuego acordado en 2020 entre Turquía y Rusia, aunque dicho acuerdo ha sido constantemente violado.
![Fuerzas opositoras ingresan a Alepo tras combates con más de 250 muertos/ Foto: EFE](https://static.wixstatic.com/media/0b72fe_0ca2a329a69c4524be0b81f295b3f3d6~mv2.webp/v1/fill/w_773,h_515,al_c,q_85,enc_auto/0b72fe_0ca2a329a69c4524be0b81f295b3f3d6~mv2.webp)
Fuerzas opositoras ingresan a Alepo tras combates con más de 250 muertos/ Foto: EFE
El Ejército sirio ha descrito la ofensiva como un “gran ataque terrorista” llevado a cabo con armamento pesado y un número significativo de combatientes. En un comunicado, confirmó que, con apoyo de la aviación rusa, continúa enfrentando a las facciones insurgentes, a las que aseguró haber infligido “grandes pérdidas en equipos y vidas”. Sin embargo, la situación en el terreno sigue siendo crítica, con las fuerzas sirias desplegando refuerzos en Alepo para frenar el avance opositor.
El conflicto también alcanzó la ciudad universitaria de Alepo, donde un ataque con cohetes atribuido a las facciones islamistas causó la muerte de cuatro estudiantes e hirió a varios más, según la agencia estatal siria SANA. Este ataque, que generó pánico entre los residentes, resalta el impacto devastador de la violencia sobre la población civil, especialmente en áreas que solían considerarse seguras.
Este episodio de violencia se perfila como uno de los más mortíferos en Siria en años recientes, superando incluso al ataque con drones que en octubre de 2023 dejó más de 80 muertos en Homs. Mientras las partes enfrentadas buscan consolidar su poder en la región, las víctimas civiles y la destrucción siguen marcando un conflicto que, tras 13 años, no muestra señales de resolverse pronto.
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